El viñedo de Giró se encuentra en la Sierra Umbría, a una altitud de entre 600 y 700 metros sobre el nivel del mar. El suelo de esta parcela se caracteriza por ser muy pobre y de carácter arenoso lo cual limita la producción por planta dando lugar a racimos pequeños con uvas de gran calidad, intensidad aromática y potencial enológico. Esta variedad, autóctona de la zona, está perfectamente adaptada al entorno mediterráneo, aportando un carácter singular y auténtico se caracteriza por su piel fina y una acidez natural destacable para la región, lo que le permite conservar una frescura única. Aunque es sensible a enfermedades como el oídio, su ciclo vegetativo corto permite que las uvas lleguen a su punto óptimo de maduración antes de que las condiciones climáticas adversas puedan afectar la cosecha. Todos estos factores contribuyen a la creación de un vino equilibrado y redondo de limitada producción ya que procede de una pequeña parcela de apenas dos hectáreas.